Las Memorias de la Historia del Estado Yaracuy. Son apuntes tomados de varios autores para servir de contingente a la historia integral de este estado de la República.
Es una extensa información que se ha extraído de los títulos de los más distinguidos estudiosos de la Historia de Venezuela.
Aspiramos que la recopilación sea un importante aporte de fácil accesibilidad a todos los venezolanos interesados en conocer nuestros antecedentes históricos. Que sea amena e induzca al lector a obtener el mejor provecho.
No se ha escatimado esfuerzo en integrar a todos los municipios y la gente nativa, que de una u otra manera paso a formar parte de nuestra historia.
Podemos encontrar hechos, reseñas biografícas, estadísticas e información general que enriquece y hace interesante el presente trabajo.
Los apuntes se inician desde la fundación de El Tocuyo, “Ciudad Madre de Venezuela”, el 01 de noviembre de 1.545 por Juan de Carvajal, pasando por un análisis de la esclavitud, sus consecuencias y acontecimientos, hasta llegar a la Provincia de Yaracuy, creada por resolución del Congreso Nacional el 15 de marzo de 1.855, con ejecútese del siguiente 19 de marzo de 1.855.
Quedó constituida al separar de sus respectivas provincias a los cantones San Felipe y Yaritagua de Barquisimeto, y Nirgua de Carabobo. Su capital fue San Felipe. El censo de 1.854 arrojó para estos cantones una población de 119.591 habitantes.
En la Ley de División Territorial del 23 de abril de 1.856, la provincia de Yaracuy quedó constituida por los cantones Nirgua, San Felipe, Sucre, Urachiche y Yaritagua. El 29 de marzo de 1.859 Ezequiel Zamora proclamó el Estado Federal Yaracuy, confirmado definitivamente en el Título I, Artículo 1 de la Constitución sancionada el 22 de abril de 1.864 mediante la cual se decretó la transformación de las provincias en estados federales, convirtiéndose en el Estado Yaracuy.
Es importante destacar que, en las reseñas biografícas, solo se tomaron en consideración las de los personajes que presentan un antecedente de nacimiento, fe de bautismo, registro civil o registro de defunción, no así las que desconocemos su origen.